LA OBRA AUDIOVISUAL Y LOS DISPOSITIVOS EN LA ERA DIGITAL
- Jorge A. Peña Villalba
- 4 dic 2014
- 9 Min. de lectura
El desarrollo de la tecnología sin lugar a dudas ha cambiado la forma de vivir de los seres humanos. Su democratización ha hecho que hoy en día la gran mayoría tenga acceso, al menos, a algún tipo de aparato electrónico, a los contenidos digitales y a las nuevas formas de información y comunicación. Por un lado, el Internet como una poderosa herramienta que mezcla todos los medios de comunicación tradicionales, y por otra parte, los aparatos electrónicos, ya sean ordenadores, videocámaras o Smartphones, son elementos que ganan terreno y cada día es más difícil desprenderse de ellos; se puede llegar a decir parafraseando a McLuhan, que son la extensión más importante del hombre (1967) en los últimos tiempos.
Es precisamente en este punto en el que hay que detenerse debido a que toda esa nueva evolución tecnológica repercutió directamente en las formas de realizar cualquier tipo de producto audiovisual. Con el surgimiento de lo que se conoce hoy en día como la alta definición (HD) con sus múltiples formatos y extensiones, así como también con el Internet de banda ancha, se produjo una cambio que ha hecho que con una cámara, por más sencilla que sea, se pueda realizar cualquier tipo de video o fotografía y subirla a cualquier página Web.
Mientras que las conexiones son cada vez más rápidas gracias al ADSL, a la masificación del modem portátil, al wifi en espacios públicos, etc.; el video también evolucionó como formato y como forma. La calidad, las extensiones y sus componentes son diferentes a pesar de que su función sigue siendo la misma. Su codificación hizo que en una memoria portátil se pueda llevar un video de alta definición, realizado en cualquier clase de videocámara, con el fin de proyectarlo en varios lugares. En definitiva, estos dispositivos, se convirtieron en el medio de creación colectiva y comunitaria de mayor crecimiento en la actualidad.

LOS DISPOSITIVOS DIGITALES
Ahora bien, al modificarse tanto formas como contenidos, a su alrededor se van generando nuevos debates que van influyendo en las construcción de sujetos que influyen tanto en la constitución de nuevos dispositivos, o en su defecto, en la adaptación de los mismos, entendiéndose estos como una especie -digamos de formación- que tuvo por función mayor responder a una emergencia en un determinado momento (Foucault, citado en Agamben, 2006); es decir, esta tecnología surgió en un instante histórico específico con el objetivo de dar respuesta y de resolver una urgencia específica.
Y es que cada vez es mayor la cantidad de personas que tienen acceso a lo digital, razón por la cual se comienzan a generar nuevos modelos, nuevos espacios y nuevos contenidos que son concebidos por esos mismos individuos; contenidos que han establecido una especie de nueva cultura conocida como ²la cultura de creación colectiva², en la cual coexisten múltiples formatos de video, de archivos fotográficos, de audio y diversas conexiones a Internet. Se dio paso a una multiplicidad de lenguajes en un mismo lugar, conviven varias culturas en un solo espacio.
Al combinarse estos dispositivos, el resultado es la formación de un nuevo modelo de imágenes, unas que pesan mucho menos cada vez y que cambiaron su forma de circular. Ahora lo hacen más rápido de un lugar a otro, o hablándolo en términos de la era digital, de un servidor, o mejor, de un sistema a otro.
Hoy se vive y se está conectado. Las fotos, los videos y los audios se encuentran en cualquier parte. Hay una cultura digital y del ordenador que con el paso del tiempo se incrementa mucho más. Se empieza hablar de un nuevo modelo de creación de imágenes, las cuales se han vuelto de libre circulación y de creación dialogada. Este modo de producción de imágenes se basa ampliamente en la tecnología digital y tiende por tanto a fundirse más y más con otros campos de la producción simbólica de masas (Steryel, 2006).
Igualmente lo que se conoce como arte y autor está cambiando. Ahora a quienes se les dirigía la obra de arte se les da más participación. Se pasa de una creación en solitario a una creación colectiva. El autor y productor de la obra pueden abrir espacios para que sus futuros receptores opinen, y en ciertos casos, intervengan o cambien el resultado final de lo que en un comienzo se quiere realizar.
Se ha abierto el proceso de creación; en algunos casos el destinatario puede participar de la hechura de la obra dando su opinión o aportando sus ideas o dinero a través de distintas herramientas que se han creado para cumplir con este fin. La obra de arte como se conocía anteriormente con el marco, su retablo, su límite y su lugar de exposición cambió. Ahora dio un salto a un nuevo espacio.
Actualmente los artistas o productores, quienes han advertido el proceso que se vive, piensan en su público objetivo no como un grupo de personas que recibe una obra finalizada, sino que, dependiendo del proyecto, los involucran de alguna manera y los hacen participes de la obra misma. Como lo diría Pierre Lévy (2006):
En lugar de difundir un mensaje hacia receptores que están fuera del proceso de creación, invitados a dar después un sentido a la obra, el artista trata aquí de constituir un medio, un sistema de comunicación y de producción, un acontecimiento colectivo que implique a los destinatarios, que transforme a los intérpretes en actores, que silencie la interpretación con la acción colectiva.
EL AUDIOVISUAL EN INTERNET
La producción y realización de audiovisual adaptó sus formas desde la aparición del Internet y del video de alta definición. Por una parte, la masificación de las videocámaras que tienen formato full HD que son portátiles estimuló la elaboración de todo tipo de videos con una calidad estándar; es más, existe un formato específico creado y pensado para el Internet, el H264, el cual, por su codificación, hace que la calidad que se pierda al momento de adjuntar o enviar un video por la red sea algo mínimo.
A su vez, se encuentran diferentes portales como Youtube, Vimeo, Flickr, Soundcloud, que permiten el almacenamiento de toda clase de contenidos así como también gran interacción por parte de las audiencias que visitan esos sitios web. Además existen páginas de creación colectiva tales como Talent House, Indiegogo, Goteo, Rockethub, que son abiertos a la participación del futuro público de la obra. Dicha participación puede ser donando un porcentaje de dinero a cambio de un reconocimiento o un premio, o simplemente votando y apoyando al artista en la consecución de la obra en si misma.
Algunos de esos modelos, conocidos como el crowdfunding y crowdsoursing, permiten la participación activa de un futuro público del producto a cambio de que dicho público aporte de algún modo a la elaboración del mismo y así, tiempo después, pueda verlo terminado.
A esto hay que sumarle que los contenidos audiovisuales tradicionales se adaptaron a estos nuevos dispositivos con el fin de obtener la mayor ventaja posible. El cine se hace en video debido al bajo costo de las cámaras digitales. Ya no hay que hacer revelado de película, sino transferencia de datos, ya no hay la necesidad de tener una copia en 35mm, ahora existe el Digital Cinema Package (DCP) y las salas digitales.
Las primeras imágenes de una película próxima a estrenarse se conocen primero en Internet antes que en una sala. La televisión reproduce sus programas en canales propiamente creados para ello, ya sea en su página web o en los mismos portales de video en los cuales se pueden crear canales de uso exclusivo. A su vez, tanto las series de televisión como las películas, se pueden ver en sitios web que funcionan por medio del pago por ver (PPV) o el video por demanda (VOD). Incluso el modelo online se reproduce en la escuela de cine. Ésta ofrece educación para la producción y gestión de contenidos digitales, la realización de cine digital y la creación de narrativas transmedia; todo esto con el fin de seguir contando historias por medio de múltiples plataformas.
Es cada vez más frecuente la creación de obras exclusivas para la web, historias con un tema y una duración determinada. Películas cortas, webseries, clips informativos hechos con un lenguaje audiovisual más dinámico, pensado para el público que mira la mayor parte de los contenidos de entretenimiento en Internet. Se aumentan el número de convocatorias, no solamente en el ámbito audiovisual, que buscan a los nuevos talentos del futuro. Proyectos que manejan empresas como Nokia en asocio con el portal Vimeo con el cual crearon el concurso de cortometrajes Nokia Shorts, o el proyecto Life in a day del reconocido director británico Ridley Scott en asocio con el portal Youtube y la National Geographic. Iniciativas que fomentan la creación de nuevos contenidos audiovisuales organizadas para los futuros receptores de la obra final.
¿QUIÉN DECIDE QUE VER?
Cuando un navegante de Internet visita alguna página Web, sea cual sea, con una cierta frecuencia, deja un rastro que los administradores de los contenidos web notan. Ese patrón que se genera es por moda o por la inclinación que se tiene en relación a unos temas más que a otros. Las interacciones que se tienen están determinadas por los gustos y afinidades, ya sea porque se termina visitando una cierta clase de videos, de aplicaciones o de publicaciones, con un contenido específico que se relaciona entre si.
Sin embargo, y con el crecimiento y el desarrollo de Internet como herramienta de comunicación, los gustos están siendo redirigidos a lo que posiblemente al internauta le podría llamar la atención. Cuando se escoge un video o una película que se quiere ver en cualquier portal, una vez finaliza, automáticamente aparecen una lista infinita de videos que probablemente sean del agrado para el navegante y que puede terminar viendo tarde o temprano.
Al construir un patrón de navegación, los intereses de los usuarios de Internet se segmentan cada vez más, lo que conlleva a crear micro redes que abarcan contenidos específicos para cada subpoblación que se encuentra detrás de un ordenador. Y es hacia allí donde apuntan las nuevas creaciones digitales, multimediales y transmedia. A cada público específico se le está generando un producto que tiene relación con los gustos que posee. Una serie Web, cortometrajes, fragmentos de películas, videoclips y cualquier clase de proyecto audiovisual o narrativo que esté en la capacidad de generarles un vínculo con algo conocido o que les sea familiar.
Sí es indudable que los emisores y receptores de las obras de arte variaron. Hay un cambio de roles, y aunque hoy en día hay quienes de cierta manera se vuelven creadores de sus propios contenidos, no está del todo claro quién está al otro lado, quién decide qué a la hora de ver algo o de tomar una decisión en relación a lo que se quiere visualizar, escuchar o seguir. Se podría decir que es una decisión compartida entre el autor y el receptor porque el uno no puede existir sin el otro.
Puede que los artistas estén engañando a sus posibles receptores haciéndoles creer que están en condiciones de implicarse en un proceso de creación de una obra, o son los mismos artistas quienes son engañados por estas plataformas, por esos dispositivos que tantos adeptos han conseguido y que reclaman ser un elemento imprescindible en la evolución de la humanidad.
La cuestión es que los dispositivos están constituyendo sujetos, inscribiendo en sus cuerpos un modo y una forma de ser. Foucault (citado en Agamben, 2006) decía que un dispositivo siempre tiene una función estratégica concreta y siempre se inscribe en una relación de poder²y los aparatos electrónicos cada día más controlan la vida de los seres humanos; sin un ordenador, sin un móvil inteligente o sin una conexión a Internet no se es persona.
Los dispositivos están amoldando la vida de los individuos. Lo adaptan a las condiciones actuales. Lo aíslan, lo ensimisman y hasta lo idiotizan. Se convirtieron en un instrumento de poder que está generando un nuevo orden social con mucho más acceso a la información que puede tornarse en contra de la sociedad misma y salirse de control.
El dispositivo es cualquier cosa que tenga de algún modo la capacidad de capturar, orientar, determinar, interceptar, modelar, controlar y asegurar los gestos, las conductas, las opiniones y los discursos de los seres vivientes. (Agamben, 2006)
Realmente existe la suficiencia de generar un contenido propio por medio de los gustos y de las afinidades colectivas. Es posible elaborar una obra de arte propia, distinta a la que se conoce; el modelo es el mismo, pero con una plataforma distinta. O simplemente el ser humano hace parte de la segmentación a la cual ha sido dirigido por esta vertiginosa evolución de las tecnologías de la información y comunicación.
Cuando se valora, se vota o se apoya una obra de arte que se quiere ver terminada en estas nuevas plataformas, se está haciendo parte de un conjunto de personas que comparten el gusto por alguien o algo. El individuo da un salto y entra a una red en la cual origina y hace parte, toma decisiones y plantea inquietudes, forma y crea contenidos; red, de la cual, hacen parte todos los dispositivos conocidos que se adaptan al paso del tiempo.
BIBLIOGRAFÍA
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Life in day (2011), imagen recuperada de https://www.youtube.com/user/lifeinaday
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