Marcos: ¿Esto es verdad?
Empleado: ¡Qué carajos importa!
Da exactamente lo mismo.
Esto (mirando el cheque)te lo
vas a tener que meter por el culo[1]
La mentira es una expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente[2]; es algo connatural al ser humano y siempre ha existido, como desde el momento en el que el niño es llenado de artimañas por la abuela, la madre o tía para que se duerma temprano o para que se tome la sopa porque algo, generalmente malo, le puede pasar; o también la mentira ha funcionado para que un individuo pueda salvarse de momento incómodo.
A su vez el cine está muy emparentado con la verosimilitud entendiendo esta como algo real, o como algo que puede parecer real, pero no tiene necesariamente por qué serlo. Es entonces cuando aparece la ficción, como una manera de documentar la verdad a través de historias que están basadas en hechos reales y en otros casos que son puro resultado de la imaginación del realizador, lo que lleva a combinar mentiras con verdades.
Por tanto, una película de ficción podría llegar a ser una muy buena mentira y eso es lo que se gesta en Nueve reinas (2000), opera prima de Fabián Bienlinsky, que cuenta la historia de dos timadores, uno con más experiencia que el otro, que deciden trabajar juntos por un día y se ven frente a la oportunidad de sus vidas: ganar una gran suma de dinero vendiéndole las nueve reinas, unas estampillas, a un coleccionista español.
La trama, llena de numerosos giros, algunos de ellos inesperados, recurre a elementos Hitchcockianos, tiene como base la picardía y el engaño, y juega a dos bandas. Por un lado, la causa y el efecto que mueve la historia, la venta de las estampillas, y por otro lado está la venganza magistralmente orquestada por medio de la misma venta, aunque fingida, lo que conlleva a mostrar que todo ha sido una trampa, una mentira, una hermosa mentira.
Los dos estafadores, en la figura del aprendiz y el mentor, hacen un despliegue de habilidades por medio de tretas y estafas mientras recorren lugares representativos de Buenos Aires. La confianza de estos dos personajes, de dos timadores, está todo el tiempo cuestionada por el más joven: Juan, quien, inexperto y principiante, se siente mal por algunos delitos que comete y todo el tiempo le dice al otro: a Marcos, el experto y maestro, y quien engaña por pasión, que se siente choreado, que todo es una casualidad, una muy extraña, y que algo le huele mal.
Lo inteligente – o no - de todo esto es que el espectador es llevado poco a poco a una intriga de engaños muy compleja que va creciendo cada vez más, como una bola de nieve; sin embargo, desde un comienzo se le han dado pistas, casi dejando entrever, que todo ha sido, es y será una mentira. Esto se puede apreciar cuando Juan engaña a la vendedora del supermercado y ella le dice a su jefe que ha sido víctima de un truco para sacarle el dinero, o cuando el Marcos salva Juan en el supermercado, siendo ese su primer encuentro, y este último le dice que debería haberse dado cuenta que le estaba haciendo un cuento.
Una mentira puede llegar a convertirse en una gran artesanía si se hace bien, si se tiene la capacidad y la convicción de convencer a quien está en frente, creyéndose la mentira que se ha inventado. Y eso es lo que puede llegar a hacer el cine y el mismo espectador: creerse la mentira, ya sea ficción o no, comerse el cuento. Y eso es lo que hace Nueve Reinas, orquesta un engaño de una forma pícara, casi como un juego, del que se hacen parte tanto los espectadores como los propios personajes.
¿Es el cine una bella mentira? Como lo dice Marcos: es que de eso se trata, están, pero no están[3]. Es decir, se engaña, pero no es verdad, se sueña, pero no es real, se olvidan los problemas por dos horas, pero no se solucionan por si solos. Mentira o no, a veces es bueno dejarse engañar, bueno, por lo menos en el cine.
[1] Nueve Reinas (2000) Dir. Fabián Bielinsky. Prod: Patagonik Film Group
[2] Diccionario de la lengua española. Recuperado de: http://dle.rae.es/?id=Ox7CoE4
[3] Nueve Reinas (2000) Dir. Fabián Bielinsky. Prod: Patagonik Film Group
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