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  • Foto del escritorJorge A. Peña Villalba

Estoy pensando en dejarlo.**

Una mezcla de géneros en clave surrealista.

Recuperada de: https://macguffin007.com/2021/02/14/estoy-pensando-en-dejarlo-charlie-kaufman/


Estoy pensando en dejarlo‘, pienso en el final, o si se va a la traducción más literal, Estoy pensando en terminar esto, es el título del nuevo trabajo del guionista y director Charlie Kaufman. Pero más allá de lo que aparenta ser un juego de palabras a la hora de la traducción del título original, esto no es más que la antesala de lo que asoma en el horizonte de más de dos horas de duración donde el pasado, el presente y el futuro parecen estar mezclados en ese tiempo aparentemente cronológico y lineal que ofrece la película.


La historia de ‘Estoy pensando en dejarlo’, que está dividida en cuatro partes y está basada en la novela del canadiense Iain Reid, plantea un viaje que emprenden La Mujer Joven, ¿Lucy? ¿Amy? (Jessie Buckley) con su pareja Jake (Jesse Plemons) para visitar la casa de los padres de este, una granja en Oklahoma, lugar donde él creció, en medio de una tormenta de nieve que pronostica no solo que el invierno ha llegado, sino el oscuro clima que se cierne sobre ellos y la relación que llevan. Pero lo que comienza como una promesa de road movie se convierte en un viaje por la mente de ella, pero también ¿de él? ¿Del espectador? ¿Del guionista-director? ¿De los padres de Jake? ¿Del conserje?


La pareja lleva saliendo seis meses, pero por momentos pareciera que el tiempo transcurrido fuera mucho mayor ¿o menor? Ambos no saben muy bien qué hacer con sus vidas, así como tampoco se sabe exactamente qué es lo que hacen puesto que pueden ser científicos, poetas, pintores, profesores, filósofos o deambulantes de la vida. A lo largo del viaje, tanto en el de ida y como en el de regreso, La Mujer Joven, ¿Lucy? ¿Amy? Extrapola sus pensamientos haciendo saber que, a pesar de que Jake es un buen tipo, quiere terminar con él, pero cada vez que intenta poner ese tema en conocimiento, dichos pensamientos, e incluso algunas palabras, son interrumpidos(as) por una nueva discusión y conversación.


Columpios nuevos frente a una casa abandonada, Mussolini, el musical Oklahoma, la poesía de Wordsworth, Oscar Wilde, una crítica a la película ‘Una mujer bajo la influencia’ de John Cassavetes, incluyendo la cita que escribió Pauline Kael sobre esta, son solo algunos de los temas que entran y salen en un diálogo de puntos y contrapuntos, que van de la calma al éxtasis en una especie de movimiento de péndulo donde Jesse es quien generalmente termina ganando la pulseada puesto que se hace lo que él quiere (el viaje a casa de sus padres, detenerse en medio de la carretera por un helado en un paradero salido del universo de David Lynch, y la parada afuera del colegio), y es a regañadientes que emprenden el viaje de vuelta porque ella es la que debe trabajar temprano al día siguiente.


No puedes fingir un pensamiento; nosotros no nos movemos a través del tiempo, es el tiempo el que se mueve a través de nosotros; física cuántica vs psíquica cuántica; los colores no existen en el universo, solo lo hacen en nuestro cerebro; son algunas de las afirmaciones que, en su mayoría, plantea Jake y que hacen referencia al tiempo y al espacio, y a cómo la mente es una herramienta tan poderosa que el ser humano aún no ha descifrado por completo, elementos todos, presentes a lo largo de la película los cuales La Mujer Joven, ¿Lucy? ¿Amy? vive en carne propia, puesto que sufre con un sótano que tiene rasguños y cintas que prohíben el paso hacia ¿otro espacio/tiempo? Ve a los padres de su pareja (Tony ColleteDavid Thewlis) envejecer o rejuvenecer de un momento a otro, y sin razón aparente, en los diferentes espacios de la granja, y a un perro que hace su aparición cada vez que ella lo busca al igual que recibe extrañas llamadas de sus amigas preocupadas.


El guionista y director ha abordado, como en esta película también lo hace, la obsesión con la mente convertida en un laberinto sin salida, caótico y hermoso, y su lucha constante frente al cuerpo que ¿la detiene? ¿La contiene? Como un tema fundamental en toda su filmografía. Además, esa mente es una inteligente, solitaria, oscura y densa, tal cual como la relación que se presencia en ‘Estoy pensando en dejarlo‘, o como lo vive Caden Cotard con su obra en Synecdoche New York, o incluso la angustia que vive el propio Kaufman al adaptar el libro para llevarlo al cine en Adaptation. El ladrón de orquídeas, que vive una lucha individual para poder llegar a una especie de calma ¿objetivo? Con ella misma.


En medio de una atmósfera de terror, de thriller, de película de carretera y de musical, que parece ser una, pero también es la otra, se camina hacia una especie desintegración del tiempo y del espacio con unas imágenes surrealistas, frías, lluviosas y oscuras que recuerdan en varios momentos a ‘Olvídate de mí‘ y a ‘Cómo ser John Malkovich’, Charlie Kaufman regresa, con el apoyo de Netflix, apropiándose como suya la idea otro autor, para cuestionarse sobre la soledad, sobre las relaciones, sobre los sentimientos, sobre las emociones y sobre las sensaciones, dejando siempre encima de la mesa que es bueno recordarse que el mundo es mucho más grande que el interior nuestras cabezas.



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